Aquí en nuestro refugio costarricense, enclavado en el verde abrazo de las montañas, no solo despertamos con la sinfonía de la selva tropical, sino también con un deslumbrante despliegue de maravillas aviares. Hoy, centramos nuestra atención en un residente con un nombre que captura perfectamente su esencia: el Pinzón Grande Patas (Pezopetes capitalis).
No exactamente un pinzón, pero definitivamente fabuloso
A pesar de su apodo, el Pinzón Grande Patas (Pezopetes capitalis) no es un verdadero pinzón. Pertenece a la extensa familia Passerellidae, que también alberga a los gorriones, juncos y comefrutas. Esta ave única tiene la distinción de ser el único miembro del género Pezopetes.
Una Majestad de la Montaña
Si camina por las tierras altas de Costa Rica o Panamá occidental, esté atento a esta ave terrestre robusta. El Pinzón Grande Patas prospera en el sotobosque de los bosques de montaña, áreas de crecimiento secundario, matorrales de bambú e incluso pastizales a elevaciones que van desde los vigorosos 2150 metros hasta las alturas azotadas por el viento del páramo (praderas andinas) a 3350 metros. Entonces, si se encuentra explorando el majestuoso Cerro de la Muerte, este amigo emplumado podría convertirse en su compañero de las tierras altas.
Construido para el sotobosque
El Pinzón Grande Patas es un espectáculo para la vista. Con 20 centímetros (7.9 pulgadas) de largo y un peso de 56 gramos (2.0 onzas), es uno de los miembros más pesados de su familia. Pero su verdadera característica sobresaliente se encuentra en su nombre: sus pies. Esta ave terrestre cuenta con patas y pies grandes y poderosos, perfectamente adaptados para escarbar en la hojarasca y navegar por el denso sotobosque de su hábitat montañoso.
Un Hechicero Revestido de Pizarra
Si bien sus pies se roban el protagonismo en cuanto a funcionalidad, el Pinzón Grande Patas tampoco defrauda en el departamento de apariencia. Los adultos lucen una llamativa cabeza gris pizarra que se profundiza en negro en la garganta, la frente y los lados de la corona. Sus partes superiores son de un verde oliva intenso, que contrasta maravillosamente con sus alas y cola negras, bordeadas por sutiles flecos de oliva.
Un Cantor del Amanecer
¡Observadores de aves, alégrense! El Pinzón Grande Patas no es solo un regalo visual. También es un vocalista talentoso. A menudo se encuentran en parejas o pequeños grupos familiares, estas aves llenan el amanecer de la montaña con sus cantos fuertes y melodiosos.
Un Vistazo a lo Endémico
El Pinzón Grande Patas es una verdadera joya costarricense, clasificada como endémica, lo que significa que no se encuentra en ningún otro lugar de la Tierra. Observar a esta ave única es un privilegio que solo las montañas de Costa Rica y Panamá occidental pueden ofrecer. Entonces, en su próxima visita a nuestro refugio, tómese un momento para explorar los senderos más altos. Con un poco de paciencia y un buen ojo, podría ser recompensado con un vistazo a esta belleza de patas grandes.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






