En lo alto de las montañas costarricenses, donde el abrazo esmeralda de la selva tropical se encuentra con el beso fresco de los bosques nubosos, revolotea una joya deslumbrante: la Esmeralda Copeteada. Este diminuto colibrí, residente reproductor en Costa Rica y el oeste de Panamá, no es solo un toque de color, es un torbellino de energía, una parte vital del ecosistema montañoso y una fuente garantizada de deleite para nuestros huéspedes en el retiro.
Un Brillo Verde:
La Esmeralda Copeteada, acertadamente nombrada por su vibrante plumaje, es miembro de la familia Trochilidae, también conocidos como las “esmeraldas” por sus hipnotizantes tonalidades verdes. Los machos ostentan un deslumbrante despliegue de partes superiores de color verde metálico, brillando con un reflejo azul bajo ciertas luces. Sus colas bifurcadas son de un impresionante azul-negro, con plumas centrales que presumen un ligero brillo verde azulado. Pero el verdadero espectáculo es su vientre: un verde metálico más brillante y rico que a veces puede adquirir un tono azul claro. Para completar el cuadro, están las adorables plumas blancas de los muslos, que añaden un toque de encanto caprichoso.
Las hembras, aunque no tan llamativas, no son menos hermosas. Sus partes superiores son de un verde metálico brillante a bronce verdoso, con las mismas cobertoras superiores de la cola verde azuladas. Su cola refleja la de los machos, y sus plumas centrales tienen un brillo verde metálico apagado. Pero la característica más distintiva es la punta gris pálido de sus plumas exteriores de la cola, un detalle sutil que los observadores de aves encuentran infinitamente fascinante.
Una Joya con Alas:
La Esmeralda Copeteada es una pequeña maravilla, que mide apenas de 7.8 a 8.5 centímetros (3.1 a 3.3 pulgadas) de largo y pesa entre 3 y 4.1 gramos (0.11 a 0.14 onzas). Pero lo que les falta en tamaño, lo compensan con una energía desbordante. Sus alas baten a una velocidad increíble, permitiéndoles flotar en el aire mientras beben néctar de las flores. Su vuelo es una exhibición hipnotizante de agilidad, ya que se lanzan, zumban y revolotean de una flor a otra, una ráfaga constante de verde esmeralda contra el exuberante fondo de la selva tropical.
Un Papel Vital:
Estas pequeñas joyas son más que caras bonitas. Juegan un papel crucial en el ecosistema de la selva tropical. Al volar de flor en flor, alimentándose de néctar, actúan como polinizadores, asegurando la salud y reproducción continua de una amplia gama de plantas. Sus diminutos cuerpos transportan el polen de flor en flor, promoviendo la biodiversidad y manteniendo el delicado equilibrio de la selva tropical.
Un Espectáculo para Contemplar:
Para nuestros huéspedes en el retiro, la Esmeralda Copeteada es una fuente constante de deleite. Los madrugadores a menudo son recompensados con la vista de estos colibríes deslumbrantes que revolotean cerca de los comederos del albergue, sus alas borrosas mientras toman sorbos del dulce néctar. Los observadores de aves con buen ojo pueden verlos revolotear por los jardines, sus cuerpos de color esmeralda captando la luz del sol como pequeñas gemas. Y para los afortunados, una Esmeralda Copeteada podría incluso posarse en una rama cercana por un momento, permitiendo un acercamiento inolvidable a esta magnífica criatura.
Venga a Ver por Usted Mismo:
La Esmeralda Copeteada es solo una de las muchas aves increíbles que habitan Costa Rica. En nuestro refugio de montaña, rodeado por la impresionante belleza de la selva tropical, tiene la oportunidad de presenciar estas maravillas emplumadas de primera mano. Así que empaque sus binoculares, abróchese las botas de montaña y prepárese para ser encantado por la deslumbrante Esmeralda Copeteada, una diminuta joya que encarna la magia de Costa Rica.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






