Si bien las montañas no son el primer lugar que se te ocurre para observar aves playeras, aquí en nuestro retiro costarricense enclavado en medio de una exuberante vegetación, te podrías sorprender con un visitante fugaz: el Playero Rabo Blanco. Estas increíbles aves viajeras de larga distancia honran nuestros estanques y humedales con su presencia durante sus notables migraciones.
Pequeños Viajeros, Grandes Trayectos
El Playero Rabo Blanco es un verdadero trotamundos del mundo aviar. Estas pequeñas aves playeras, que miden apenas 20 cm de largo, realizan una de las migraciones más largas de cualquier ave de América del Norte. Sus zonas de reproducción se encuentran en el extremo norte, en la tundra ártica de Canadá y Alaska. Al llegar el invierno, emprenden un viaje hacia el sur, ¡algunos recorriendo la asombrosa distancia de 4,000 kilómetros sin parar! Esto coloca su escala en nuestro retiro de montaña en Costa Rica justo en el centro de su épica aventura.
Observando al Playero Rabo Blanco
Si bien estas pequeñas aves playeras pueden ser difíciles de distinguir de otros playeros, hay algunos elementos clave a tener en cuenta:
- Tamaño: Ligeramente más grande que los playeros similares “peep” con los que a menudo se mezclan.
- Coloración: En plumaje nupcial, lucen un marcado contraste de marrón y blanco con detalles rojizos y manchas oscuras en el pecho. En plumaje no nupcial, parecen de un marrón más opaco arriba y carecen de los tonos rojizos.
- El Detalle Revelador: La clave para identificar a un Playero Rabo Blanco es su homónimo: ¡el rabo blanco! De hecho, está formado por las plumas cobertoras supracaudales, que son blancas en la base y contrastan con las plumas de la cola más oscuras. Es más visible cuando el ave está en vuelo.
Paraíso para los Observadores de Aves
Si eres un entusiasta de las aves y visitas nuestro retiro, mantén los ojos bien abiertos cerca de los estanques y humedales. Con un poco de paciencia, quizás tengas la suerte de ver a un Playero Rabo Blanco revoloteando, sus pequeñas patas sondeando el barro en busca de insectos y sus alas volviéndose blancas al emprender el vuelo.
Incluso si no logras ver uno, saber que estos increíbles migrantes de larga distancia honran nuestro retiro con su presencia agrega otra capa de maravilla a la experiencia de observar aves en Costa Rica.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






