En lo alto de las montañas de Costa Rica, nuestro refugio ofrece no solo vistas impresionantes, sino también la oportunidad de encontrarse con algunas de las aves más increíbles del mundo. Hoy, observamos a un visitante que nos acerca un poco más a los trópicos: la Garza Azul (Egretta caerulea).
Una visión en azul y gris
Imagine un ave zancuda con largas y elegantes patas que camina pacientemente por las aguas poco profundas. Esta es la Garza Azul, una vista cautivadora con su plumaje que encarna el cielo costarricense. Los adultos son de un hermoso gris pizarra, el color de los nubarrones que se acumulan sobre los picos. Pero el verdadero espectáculo es la cabeza y el cuello. Aquí, las plumas se transforman en un tono hipnótico de azul violáceo, como un toque de flor de jacinto contra el gris. El contraste es impresionante, un testimonio del arte de la naturaleza.
El pico es otro toque de color, azul pálido que se desvanece hacia una punta oscura, reflejando la mirada atenta de la garza. Sus patas, mientras tanto, son de un azul verdoso apagado, que se funden perfectamente con la exuberante vegetación que rodea los estanques y arroyos de nuestro refugio de montaña.
No siempre azul: Un cuento de dos plumajes
La belleza de la Garza Azul no es estática. Los juveniles son un espectáculo para contemplar por derecho propio. Durante su primer año, están adornados con un manto de blanco puro, un marcado contraste con sus contrapartes adultas. Solo las puntas de sus alas contienen un toque de oscuridad, un susurro del plumaje azul que vendrá. A medida que maduran, comienza la transformación. El blanco da paso lentamente al característico azul grisáceo, con la cabeza y el cuello adquiriendo su tono violáceo característico. Para su primera primavera o verano, lucirán el plumaje completo de adulto, listos para ocupar su lugar en la familia de las garzas.
Un depredador paciente
La observación de aves en nuestro refugio es una manera deliciosa de pasar una tarde tranquila, y la Garza Azul es una estrella frecuente. Búscala caminando pacientemente en las aguas poco profundas a lo largo de la orilla. Sus largas patas y su pico afilado la convierten en una cazadora experta. Se queda inmóvil, una estatua que cobra vida, esperando el momento perfecto para atacar. Un pez pequeño brilla en el agua, y con un golpe de cuello de velocidad vertiginosa, la garza atrapa a su presa. Son cazadores solitarios, que prefieren acechar a sus presas solos, un testimonio de su notable paciencia y precisión.
Una viajera mundial en casa en Costa Rica
La Garza Azul es una verdadera ciudadana del mundo. Su área de distribución se extiende por América del Norte, Centro y Sur, las islas del Caribe, África e incluso partes de Europa. Aquí en Costa Rica, son residentes todo el año, adornando nuestras montañas, humedales, costas e incluso algunos hábitats de agua dulce. Su adaptabilidad las convierte en un espectáculo habitual, una invitada bienvenida en el rico tapiz aviar de nuestro país.
Encuentro con la Garza Azul en nuestro refugio
Los estanques y arroyos de nuestro refugio de montaña ofrecen el hábitat perfecto para la Garza Azul. Con un poco de paciencia y un ojo atento, es posible que veas a esta elegante criatura acechando a su presa o posada en una rama, su plumaje azul contrastando con la vegetación circundante. Ten tus binoculares a mano y, con un poco de suerte, podrás presenciar la danza elegante de la caza o simplemente admirar la belleza tranquila de este visitante alado.
Entonces, la próxima vez que estés en nuestro refugio, tómate un momento para explorar las maravillas de nuestros estanques y arroyos. Es posible que seas recompensado con un vistazo a la Garza Azul, un recordatorio impresionante de la vibrante diversidad del mundo natural.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






