Muy por encima del dosel verde esmeralda de las montañas de Costa Rica, un depredador agraciado corta el cielo azul. Se trata, queridos entusiastas de la naturaleza, del gavilán de Swainson, un visitante majestuoso que adorna nuestros cielos durante los meses de primavera y verano.
Si bien no son nativos de Costa Rica, estas aves impresionantes utilizan nuestro hermoso país como un punto de parada vital durante sus increíbles viajes migratorios. Se reproducen en los confines del norte de América del Norte y, en otoño, se embarcan en un espectacular viaje hacia el sur para llegar a sus zonas de invernaje en Sudamérica. Costa Rica, con sus diversos paisajes y abundante vida de insectos, proporciona la escala perfecta para estos incansables viajeros.
Un maestro del cielo abierto
El gavilán de Swainson es miembro del género Buteo, comúnmente conocido como busardo. Son aves rapaces grandes y de alas anchas, pero el gavilán de Swainson se destaca por su complexión esbelta y alas notablemente largas. A menudo se les ve planeando sin esfuerzo en las corrientes térmicas, con las alas en forma de V poco profunda, creando una imagen de elegancia aviar.
Su plumaje varía, pero la mayoría presenta un vientre de color claro que contrasta maravillosamente con un pecho de color marrón oscuro o rojizo. Las partes superiores suelen ser marrones o grises, y la parte inferior de sus alas es un espectáculo para la vista: coberteras de alas blancas brillantes que contrastan fuertemente con las plumas de vuelo oscuras. Los machos tienden a tener una cabeza gris distinguida, mientras que las hembras a menudo lucen una corona marrón.
Si bien planear les permite cubrir vastas distancias, el gavilán de Swainson es un cazador hábil cerca del suelo. Su vista aguda les permite detectar presas desde lejos, y su cuerpo ágil los hace expertos en maniobrar a través de pastizales y campos.
Un festín para el gavilán saltamontes
A pesar de su tamaño impresionante, los gavilanes de Swainson tienen una preferencia dietética sorprendente: ¡los insectos! Se les apoda acertadamente gavilanes saltamontes o gavilanes langosta, lo que refleja su afición por estas presas abundantes. Cuando los saltamontes u otros insectos invaden la tierra, se puede ver a los gavilanes de Swainson reunirse en grandes cantidades, deleitándose con este botín fácilmente disponible.
Sin embargo, no son reacios a una comida más sustanciosa. También cazan pequeños mamíferos, reptiles e incluso aves en ocasiones. Su estilo de caza es fascinante de observar. Pueden posarse en un poste de cerca u otro punto alto, escudriñando el paisaje en busca de presas desprevenidas. Una vez localizadas, se abalanzan con una velocidad y agilidad impresionantes para asegurar su comida.
Un tesoro pasajero
Si bien su estadía en Costa Rica es temporal, el gavilán de Swainson agrega un toque de maravilla a nuestro cielo. Si tiene la suerte de ver uno durante su estadía en nuestro refugio de montaña, tómese un momento para apreciar a esta magnífica rapaz. Observe cómo se eleva sin esfuerzo sobre las corrientes de aire, un testimonio del poder y la belleza de la naturaleza.
¡Esté atento a nuestra próxima publicación de blog, donde exploraremos otro fascinante residente emplumado de Costa Rica!
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






