En nuestro refugio costarricense ubicado en las montañas, nos enorgullece la vibrante tapicería de aves que revolotean por nuestras exuberantes selvas tropicales. Pero hoy, dirigimos nuestra atención a un ave menos común, un visitante fugaz con un toque de sol: la Reinita Pechiamareilla (Common Yellowthroat en inglés).
Si bien su nombre podría implicar ubicuidad, avistar a esta pequeña parula en Costa Rica es una grata sorpresa. A diferencia de su abundante presencia en América del Norte, la Reinita Pechiamareilla honra nuestras laderas montañosas como una residente invernal y migrante de paso poco común.
Un Destello de Amarillo en el Abrazo Verde
Imagine esto: sigue un sendero escondido, la luz del sol moteando el follaje verde. Un movimiento rápido capta su atención: un borrón verde oliva se lanza por el sotobosque. Luego, un destello de sol atraviesa las hojas: la inconfundible garganta amarilla de la Reinita Pechiamareilla.
Una Maestra del Camuflaje
Esta diminuta ave cantora, que mide apenas trece centímetros, es experta en camuflaje. Sus partes superiores de color verde oliva brindan un camuflaje excepcional entre las hojas, lo que la convierte en un desafío para detectar a menos que decida revelarse.
Los Machos: Una Declaración Audaz
Pero a los machos, durante la temporada de reproducción, les gusta hacer una declaración. Su cabeza está adornada con una llamativa máscara negra, bordeada por una franja blanca limpia arriba. Este contraste audaz con el verde oliva y la garganta amarilla brillante los convierte en un espectáculo para la vista, si tan solo puede vislumbrar uno.
Las Hembras y los Inmaduros: Una Belleza Más Sutil
Las hembras y las reinitas pechiamareillas inmaduras carecen de la dramática máscara negra, pero su belleza radica en su sencillez. Comparten las partes superiores de color verde oliva y la garganta amarilla brillante, aunque a menudo con un tono más tenue. Sin embargo, una mirada más cercana revela un anillo ocular completo, una característica que las distingue de sus contrapartes norteamericanas.
Una Cantante en el Sotobosque
Si bien la Reinita Pechiamareilla puede ser difícil de ver, tiene un canto distintivo que puede ayudarlo a ubicarla. Escuche un “witchity-witchity-witchity” claro y resonante que resuena a través del sotobosque. Esta melodía vibrante es la forma en que el macho atrae a una pareja y defiende su territorio.
Un Vistazo a una Vida Transeúnte
La presencia de la Reinita Pechiamareilla en Costa Rica es fugaz. Llegan durante la temporada de migración, desde mediados de octubre hasta noviembre, y parten hacia el norte entre abril y principios de mayo. Entonces, si tiene la suerte de estar aquí durante ese período y aventurarse por las partes bajas de nuestros senderos de montaña, esté atento a un destello de amarillo entre el verde.
Un Pequeño Testimonio de las Maravillas de la Naturaleza
Aunque poco comunes, las visitas fugaces de la Reinita Pechiamareilla a nuestro refugio de montaña nos recuerdan la interconexión de la naturaleza. Sus largos viajes migratorios y su breve escala entre nosotros exhiben la resistencia y la maravilla del mundo de las aves. Entonces, la próxima vez que explore los rincones escondidos de nuestro refugio, preste atención al canto “witchity-witchity” y busque un toque de amarillo; es posible que sea recompensado con un vistazo a este visitante enigmático.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






