En Hotel Rivel, las maravillas de la naturaleza nos rodean. Desde los imponentes árboles del dosel de la selva tropical hasta las vibrantes criaturas que revolotean por el sotobosque, cada día es una nueva oportunidad para descubrir la notable biodiversidad de Costa Rica. Hoy, dirigimos nuestros binoculares hacia un ave cantora residente de aspecto llamativo: el Pico Negro Piquigualdo.
Un Mariposa Social (Casi)
A diferencia de su primo solitario, el Pico Negro Norteamericano, el Pico Negro Piquigualdo prospera en entornos sociales. Estas aves alegres se observan a menudo en pequeñas bandadas, que a veces suman hasta 50 individuos, revoloteando por los niveles medio y superior de la selva tropical. Sus movimientos pueden ser bastante enérgicos, con el grupo piando y llamándose constantemente, creando una atmósfera animada bajo la luz tamizada que se filtra a través de las hojas.
Un Festín para los Ojos
El Pico Negro Piquigualdo es un deleite visual. Si bien su nombre no lo indica, solo la cara es negra. Esta máscara oscura resalta el amarillo mostaza vibrante de su cabeza, cuello y pecho. El dorso, las alas y la cola son de un verde oliva fresco, que contrasta maravillosamente con el amarillo cálido. Su grupa y vientre grises añaden un toque final de elegancia a su apariencia general.
Un Canto de la Selva Tropical
La melodía del Pico Negro Piquigualdo es tan alegre como su personalidad. Su canto es una encantadora secuencia silbada, a menudo descrita como un «chi chi weet, chi chi weet, chi chi chuweet». Esta melodía se suma a la sinfonía de cantos de aves que llena la selva tropical de Costa Rica.
Una Sinfonía de Dispersión de Semillas
Como lo sugiere su pico grueso y pesado, los Pico Negro Piquigualdo son principalmente comedores de semillas. Juegan un papel vital en el ecosistema de la selva tropical al dispersar semillas mientras se mueven de árbol en árbol. Estas semillas caídas germinan, ayudando así a mantener el exuberante crecimiento de la selva.
Observando un Pico Negro Piquigualdo en Hotel Rivel
Los Pico Negro Piquigualdo son relativamente comunes en los bosques húmedos siempreverdes y las estribaciones de Costa Rica. Si bien no son aves tímidas, pueden ser difíciles de detectar debido a su preferencia por los niveles medio y superior del dosel del bosque. Sin embargo, su plumaje amarillo brillante y sus alegres cantos a menudo los delatan.
Nuestros guías expertos en observación de aves en Hotel Rivel están ansiosos por ayudarlo a descubrir el Pico Negro Piquigualdo y las muchas otras maravillas emplumadas de Costa Rica. Gracias a su conocimiento de la avifauna local y su experiencia en la observación de las especies más escurridizas, ¡pueden ayudarlo a agregar otra marca a su lista de aves!
Así que mantenga los ojos bien abiertos (y los oídos atentos) mientras explora los senderos de la selva tropical en Hotel Rivel. Podría ser recompensado con un vistazo a esta sociable ave cantora, un rayo de sol en medio del abrazo esmeralda de la selva tropical costarricense.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
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