En lo alto del dosel de nuestro refugio de montaña, un rayo de naranja brillante se dispara entre las hojas. Se trata de la Reinita Pechinaranja (Tangara pechinaranja para Centroamérica), un visitante deslumbrante que nos honra con su presencia durante su migración invernal. Esta pequeña ave cantora no es un residente permanente de Costa Rica, pero durante los meses más fríos de América del Norte, busca refugio en nuestros exuberantes bosques tropicales y tierras boscosas.
La Reinita Pechinaranja es un verdadero deleite para los ojos. Los machos, en plumaje nupcial, son de un castaño anaranjado ardiente, que contrasta fuertemente con el abrazo esmeralda de la selva tropical. Su cabeza negra y las barras alares blancas contrastantes añaden un toque de drama. Las hembras, por el contrario, están vestidas con un atuendo más sobrio: un hermoso verde oliva con un toque de amarillo en el vientre.
Estos pequeños acróbatas son un placer observarlos. Revolotean y saltan entre las ramas, con sus cuerpos delgados perfectamente adaptados para navegar por el denso follaje. Sus cantos son una mezcla vibrante de silbidos, chasquidos y parloteos, que se suman a la sinfonía de la selva tropical.
Si bien no son tan comunes como algunas de nuestras aves residentes, las Reinitas Pechinaranja se pueden observar en todo Costa Rica, particularmente en áreas con árboles dispersos, bosques abiertos y cerca de ríos y arroyos. Aquí, en nuestro refugio de montaña, es posible que las vea en los jardines o cerca de los árboles frutales, donde les encanta picotear bayas e insectos pequeños.
Aquí hay algunos datos interesantes sobre la Reinita Pechinaranja:
- Tamaño: Son una de las reinitas más pequeñas, midiendo solo de 15 a 18 cm de largo.
- Dieta: Son comedores oportunistas, disfrutando de una dieta variada compuesta por insectos, arañas, frutas, néctar e incluso semillas.
- Nidificación: Tejen intrincados nidos en forma de bolsa con hojas y ramitas, colgándolos de las ramas de árboles caducifolios.
- Migración: Son migradoras de larga distancia, se reproducen en América del Norte e invernan en América Central y del Sur.
Si bien su estadía con nosotros es temporal, la Reinita Pechinaranja aporta un toque de vitalidad e intriga a nuestro refugio de montaña. Si tiene la suerte de ver este destello de fuego en el follaje, tómese un momento para apreciar su belleza: un vistazo fugaz de un visitante de lejos.
¡Esté atento a nuestra próxima publicación de blog, donde nos adentraremos en la vida de otro fascinante residente aviar costarricense!
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
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