¡Bienvenidos nuevamente, amantes de la naturaleza, a otra publicación sobre un emplumado amigo que honra nuestro retiro de montaña en Costa Rica! Hoy dirigiremos nuestros binoculares a un colibrí vibrante, un destello esmeralda y amatista que revolotea entre las flores: la Mangosta Pechiverde.
Un Nombre Mal Entendido
A pesar de su nombre, la Mangosta Pechiverde no tiene ninguna relación con la fruta tropical. ¡Este encantador apodo es una rareza histórica, producto de una identificación errónea por parte de un ornitólogo primitivo! El nombre se quedó, y Mangosta Pechiverde es como se le conoce con orgullo.
Una Gema Centelleante
La Mangosta Pechiverde es un espectáculo deslumbrante. Los machos lucen una corona y partes superiores que brillan con un resplandor verde bronce metálico. Sus alas son de un gris pizarra profundo, mientras que las plumas de la cola son una cautivadora combinación de bronce opaco y violeta vibrante, cada una con un destello metálico.
Pero el verdadero protagonista se encuentra en su pecho. Una franja negra audaz y aterciopelada desciende por el centro, flanqueada a ambos lados por plumas azul-verdosas metálicas que te dejarán sin aliento. Este contraste fascinante te dejará boquiabierto.
Hembras y Juveniles
Las hembras y los juveniles no tienen el mismo plumaje llamativo que los machos. Lucen una franja negra más ancha en el centro de la garganta y el pecho, con prominentes esquinas blancas en la cola. Los juveniles tienen un toque adicional de moteado rojizo en la garganta y el pecho, agregando un encanto terroso.
Un Acróbata con Plumas
La Mangosta Pechiverde es una maestra del acrobacia aérea. Sus alas baten a una velocidad increíble, permitiéndole flotar en el aire mientras liba el néctar de las flores. Su pico largo y curvado hacia abajo está perfectamente adaptado para alcanzar el fondo de las flores y extraer sus dulces recompensas.
Encontrando a su Joya Verde
Estas pequeñas joyas se encuentran por todo Costa Rica, desde las tierras bajas hasta las montañas (¡incluyendo nuestro propio retiro!). Puedes encontrarlas revoloteando por jardines, árboles floridos y bosques secundarios. Búscalas cerca de flores de colores vivos como heliconias, jengibre e hibiscos—¡sus favoritas!
Escucha su Canto
La Mangosta Pechiverde no es solo un placer visual, también tiene un canto cautivador. Escucha un llamado agudo de “tsup” y una melodía zumbante de varias sílabas que se suma al ambiente del bosque tropical costarricense.
Embajadores del Ecosistema
La Mangosta Pechiverde juega un papel vital en el ecosistema costarricense. Al ir de flor en flor, actúan como polinizadores eficientes, asegurando la salud y diversidad continua de la vida vegetal. Su presencia es una señal de un ecosistema próspero.
Así que, la próxima vez que te relajes en el balcón de tu habitación en nuestro retiro de montaña, mantén los ojos bien abiertos para ver un destello de esmeralda y amatista. Con un poco de paciencia, quizás tengas la suerte de presenciar la deslumbrante belleza de la Mangosta Pechiverde.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






