Incluso en medio del vibrante tapiz de aves que habitan Costa Rica, el Colibrí Orejivioleta Pardo (Colibri delphinae) logra destacarse. Este deslumbrante colibrí, visitante habitual de nuestro refugio de montaña, no teme exhibir su plumaje reluciente.
Si bien su nombre menciona el “pardo”, en realidad es un eufemismo. Esta joya emplumada es una cautivadora mezcla de colores. Imagine una base de ricas plumas de color marrón chocolate acentuada por una grupa de color rojizo ardiente y un sutil brillo grisáceo en sus partes inferiores. Pero las verdaderas estrellas del espectáculo son el parche violeta deslumbrante que se extiende detrás del ojo y la fascinante mancha verde esmeralda que adorna su garganta. Esta placa de la garganta, llamada pechera, brilla y cambia de color según el ángulo de la luz, creando un espectáculo impresionante.
Un Colibrí Robusto
El Colibrí Orejivioleta Pardo no es el típico colibrí diminuto. Con una longitud promedio de 11,5 centímetros y un peso de 6.5-7 gramos, es una de las especies de colibrí más grandes de Costa Rica. A pesar de su tamaño, posee la increíble capacidad de cernirse en el aire, con su pico corto y recto perfectamente adaptado para extraer néctar del corazón de las flores.
Un Residente de las Alturas
Busque al Colibrí Orejivioleta Pardo en lo alto del dosel del bosque tropical, revoloteando entre los árboles más altos. También frecuenta bosques secundarios altos e incluso plantaciones de café, aventurándose a niveles más bajos en los lindes del bosque y claros. Si es paciente y mantiene los ojos bien abiertos, podría ver alguno en los comederos para colibríes de nuestro refugio, aunque tienden a estar más concentrados en defender su territorio que en quedarse para un sorbo largo.
Una Vida Solitaria
El Colibrí Orejivioleta Pardo es un ave solitaria, excepto durante la temporada de reproducción. La hembra toma la iniciativa para construir un diminuto nido en forma de taza con plumón vegetal, a menudo colocado sobre una ramita de 1 a 3 metros del suelo en un arbusto. Ella incuba sola la nidada de dos huevos blancos, mientras que el macho defiende su territorio y las fuentes vitales de flores de las que depende su familia. Curiosamente, las hembras que anidan pueden convertirse en cazadoras de insectos increíblemente eficientes, atrapando hasta 2,000 insectos por día para proporcionar proteína a sus polluelos en crecimiento.
Un Polinizador Vital
Si bien el Colibrí Orejivioleta Pardo puede parecer una adición deslumbrante a la belleza de nuestro refugio de montaña, juega un papel ecológico vital. Al libar el néctar de las flores, el polen se transfiere a su diminuto cuerpo, fertilizando las plantas y asegurando la salud continua del ecosistema de la selva tropical.
Presenciar a un Colibrí Orejivioleta Pardo es una experiencia verdaderamente inolvidable. La próxima vez que visite nuestro refugio de montaña, mantenga los ojos bien abiertos para ver a esta maravilla esmeralda revoloteando entre los árboles. Con un poco de paciencia y un ojo atento, quizás tenga la suerte de observar a este colibrí deslumbrante en todo su esplendor.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.






