En lo alto del dosel, un destello de verde oliva llama tu atención. Se lanza entre las hojas, un diminuto acróbata revoloteando entre las ramas. Se trata del Tyranneau à bec-fil, un ave cantora habitual para quienes se hospedan en nuestro refugio de montaña en Costa Rica. Aunque pequeño, ¡este pajarillo rebosante de energía tiene mucha personalidad!
Un ave con muchos nombres
El Tyranneau à bec-fil (Zimmerius parvus) también se le conoce como Tyranneau mezquino, un nombre que refleja su diminuto tamaño. Esta especie alguna vez se consideró parte del grupo más grande que incluía al Tyranneau guatemalteco, pero las revisiones taxonómicas le han otorgado su propia y bien merecida distinción.
Una descripción de las delicias
Con tan solo 11-12 cm de largo, el Tyranneau à bec-fil es un verdadero peso pluma. Los adultos lucen una calota de color gris pizarra que contrasta maravillosamente con su ceja blanca brillante, dándoles una expresión perpetuamente sorprendida. Su dorso verde oliva proporciona un excelente camuflaje entre las hojas, mientras que sus alas son una maravilla de detalles sutiles. Observe atentamente y verá bordes de color amarillo brillante que bordean las plumas, agregando un toque de sol a su plumaje.
Refugio seguro
Nuestro refugio de montaña ofrece el hábitat perfecto para el Tyranneau à bec-fil. Prefiere los bosques húmedos de hoja perenne y sus bordes, los bosques secundarios e incluso las áreas cultivadas con árboles grandes. Estas pequeñas aves son bastante comunes en toda su área de distribución, que se extiende desde el este de Guatemala y Belice hasta el sur hasta el extremo noroeste de Colombia.
Una vida entre las hojas
Los Tyranneau à bec-fil generalmente se observan como aves solitarias o en parejas. Pasan la mayor parte del tiempo posadas horizontalmente en ramas en los niveles medio y superior del bosque. Su cola a menudo se mantiene ligeramente levantada, lo que se suma a su postura alerta.
Cuando se trata de comida, el Tyranneau à bec-fil es un entusiasta de las bayas. Revolotea de rama en rama, atrapando pequeñas frutas e insectos para sus comidas. Su vista aguda y agilidad lo convierten en un cazador experto, siempre atento a su próximo bocado sabroso.
Un espectáculo para saborear
Si bien no es el ave más colorida, el Tyranneau à bec-fil ofrece un encanto delicioso. Su pequeño tamaño y sus movimientos enérgicos lo hacen un placer observar. Si mantiene los ojos bien abiertos durante su estadía en nuestro refugio, es posible que vea a este residente revoloteando entre los árboles. Y recuerde, incluso las criaturas más pequeñas pueden agregar un toque de magia a la experiencia de la selva tropical costarricense.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
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