Si bien nuestro refugio en la montaña ofrece una vista impresionante del paisaje costarricense, las verdaderas estrellas avifaunas aquí son sin duda las aves residentes. Pero aventúrese más allá del exuberante bosque tropical y explore las costas bañadas por el sol, y es posible que se encuentre con una criatura realmente magnífica: el Rabijunco Coablanca.
Viajeros Oceánicos
A diferencia de muchas de las aves que encontrará en nuestro refugio, el Rabijunco Coablanca es una criatura del cielo abierto. Estas aves marinas de tamaño mediano, con una envergadura que alcanza casi un metro, están hechas para planear sobre vastas extensiones de océano. Sus cuerpos aerodinámicos y alas largas y estrechas les permiten permanecer en altitud durante largos períodos, navegando sin esfuerzo por las corrientes cálidas de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico tropicales.
Observando a un Carrochero Celestial
Ver un Rabijunco Coablanca es una experiencia verdaderamente inolvidable. Su plumaje es una maravilla de colores contrastantes: un cuerpo blanco deslumbrante acentuado por marcas negras audaces en las alas y un antifaz negro sobre los ojos. Pero la característica más llamativa es sin duda su homónimo: las largas plumas blancas de la cola. Estas elegantes plumas pueden más que duplicar la longitud total del ave, convirtiéndola en un espectáculo para contemplar mientras se desliza sin esfuerzo por el cielo azul.
Su nombre científico, Phaethon lepturus, se traduce del griego antiguo como «brillante como el sol con una cola fina», una descripción adecuada para estos cocheros celestiales.
Una Vida Sobre el Ala
Los Rabijuncos Coablanca son depredadores aéreos hábiles, que se sumergen desde grandes alturas para atrapar peces, calamares y otras criaturas marinas de la superficie del agua. Su pico, que va del amarillo-naranja al rojo-naranja, está perfectamente adaptado para arponear a su presa.
Si bien pasan la mayor parte de su vida planeando sobre las olas, llegan a tierra para reproducirse. A diferencia de las aves de la selva tropical que puede ver en nuestro refugio, los Rabijuncos Coablanca prefieren nidificar en islas aisladas con acantilados rocosos o incluso en grietas de las costas continentales. Sus exhibiciones de cortejo son un espectáculo para ver, con los machos realizando elaboradas acrobacias aéreas para impresionar a las hembras potenciales.
Un Vistazo al Paraíso
Desafortunadamente, debido a su preferencia por nidificar en islas remotas, los Rabijuncos Coablanca no son comunes en Costa Rica. Sin embargo, si planea un viaje a la costa caribeña, particularmente alrededor de las playas idílicas de Guanacaste o Puntarenas, quizás tenga la suerte de ver a estas magníficas aves volando por encima de las aguas turquesas.
Incluso si no se encuentra con un Rabijunco Coablanca durante su aventura costarricense, la increíble diversidad de aves de nuestro país seguramente lo dejará maravillado. Desde los tucanes vibrantes de la selva tropical hasta los majestuosos halcones que rodean los picos de las montañas, un amigo emplumado espera ser descubierto en cada esquina. Así que mantenga los ojos bien abiertos, y quién sabe, tal vez observe a un visitante raro como el Rabijunco Coablanca, un recordatorio de las maravillas que se esconden detrás de las montañas.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
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