Nuestro refugio de montaña ofrece la tranquilidad de las tierras altas, pero la belleza de Costa Rica se extiende mucho más allá de la exuberante vegetación. Hoy, dirigimos nuestra mirada un poco más abajo en altitud, hacia las impresionantes costas, para conocer a un residente fascinante: el Playero de Collar.
Esta pequeña ave playera, miembro de la familia Charadriidae, puede no ser la más llamativa por su plumaje, pero su encanto radica en sus delicadas características y resistencia.
Un viajero diminuto
Con un tamaño de 18 centímetros (7.1 pulgadas) y un peso de apenas 35 gramos (1.2 onzas), el Playero de Collar es un verdadero peso pluma. Se encuentran a lo largo de las costas tropicales y templadas de América, desde el centro de México hasta Chile y Argentina. Aquí en Costa Rica, adornan las costas del Pacífico y el Caribe, frecuentando playas de arena, riberas de ríos e incluso lagunas interiores.
Observando al Playero de Collar
Busque a estos pequeños playeros en parejas o como aves solitarias, a diferencia de muchas otras aves playeras que se agrupan. Su pico negro delgado y su cabeza con patrones llamativos son características notables. Una característica diagnóstica es la banda negra estrecha en el pecho, aunque irónicamente, carece del collar pálido que le da su nombre (confuso, ¿verdad?). Sus largas patas rosadas añaden un toque de elegancia a su apariencia general.
Escuche el «Pip»
El canto de vuelo del Playero de Collar es un «pip» metálico agudo, un sonido que podría escuchar mientras revolotean por la costa en busca de alimento. Su dieta se compone principalmente de pequeños insectos, crustáceos y gusanos marinos, que picotean hábilmente de la arena o los lodazales con su pico ágil.
Reproduciéndose en el paraíso
El Playero de Collar encuentra en Costa Rica un terreno de reproducción perfecto. Depositan sus huevos en simples rasguños en la playa, a menudo camuflados con piedras o conchas. Ambos padres se turnan para incubar los huevos y cuidar a los polluelos, un testimonio de su fuerte instinto paternal.
Una joya costera para proteger
Si bien el Playero de Collar actualmente está catalogado como «Preocupación Menor» por la UICN, sus poblaciones muestran signos de disminución. La pérdida de hábitat debido al desarrollo costero y la alteración por la actividad humana son amenazas que enfrentan. Entonces, si tiene la suerte de observar un Playero de Collar en su aventura costarricense, recuerde observarlo desde una distancia respetuosa y evite perturbar su hábitat.
Más allá de las montañas
Nuestro refugio de montaña puede estar lejos de la costa, pero el Playero de Collar nos recuerda la rica biodiversidad que se extiende por Costa Rica. Desde los picos majestuosos hasta las playas de arena, este hermoso país ofrece un refugio para una increíble variedad de aves. Así que mantenga los ojos bien abiertos durante sus exploraciones, y es posible que descubra un amigo emplumado que ni siquiera sabía que existía.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.