En lo alto de las montañas de Costa Rica, nuestro refugio apartado ofrece no solo vistas impresionantes sino también atisbos de vida silvestre incomparables. Hoy, dirigimos nuestra mirada a un visitante poco común de nuestros tranquilos lagos: el Zambullidor Orejudo (Podiceps nigricollis).
Si bien no se lo ve con tanta frecuencia como a algunas de nuestras aves residentes, la aparición del Zambullidor Orejudo es una grata sorpresa. Esta ave acuática buceadora de tamaño mediano posee un encanto único, con su elegante plumaje negro que contrasta maravillosamente con sus brillantes ojos amarillos y, durante la temporada de reproducción, sus conspicuos mechones dorados en las «orejas».
Un maestro del agua
Los Zambullidores Orejudos son verdaderos maestros de su dominio acuático. Sus cuerpos aerodinámicos y sus pies lobulados los impulsan sin esfuerzo por la superficie del agua. Observe con asombro cómo se deslizan con gracia, el cuello en alto, en busca de presas. Pero no se deje engañar por su comportamiento tranquilo. Cuando se acerca el peligro, pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, sumergiéndose profundamente bajo el agua con notable agilidad.
Su dieta se compone principalmente de peces pequeños, insectos e invertebrados acuáticos. Su excelente vista les permite detectar presas desde lejos, y sus picos afilados los convierten en cazadores eficientes.
Un alma solitaria (excepto cuando no lo es)
Los Zambullidores Orejudos son generalmente aves solitarias, prefiriendo pasar sus días solos o en parejas. Sin embargo, durante la temporada de reproducción, pueden ser bastante sociables, formando pequeñas colonias en lagos de agua dulce. Sus exhibiciones de cortejo son un espectáculo digno de contemplar, e involucran elaborados movimientos de cabeza, nado sincronizado y la presentación de plantas acuáticas como regalos.
El nido en sí es una simple plataforma flotante de vegetación, construida cerca de la orilla del agua. Ambos padres se turnan para incubar los huevos y cuidar a los polluelos después de la eclosión. Estas bolitas de pelusa son nadadoras hábiles desde una edad temprana, siguiendo a sus padres en las expediciones de búsqueda de alimento.
Un visitante poco común, pero una vista bienvenida
La presencia del Zambullidor Orejudo en las montañas de Costa Rica es poco común, y los avistamientos se documentan principalmente en las tierras bajas y a lo largo de las costas. Sin embargo, sus paradas ocasionales en nuestros lagos de montaña son un testimonio de la rica biodiversidad que florece en nuestro entorno protegido.
Entonces, la próxima vez que disfrute de la tranquilidad de nuestros lagos, esté atento a un destello de negro y dorado. Un vistazo al Zambullidor Orejudo, con su aire de misterio y gracia, es un encuentro verdaderamente especial para atesorar.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.