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Un Pequeño Maestro del Dosel: El Vireo Mimi

En lo alto del exuberante abrazo de las montañas costarricenses, una sinfonía de cantos de aves llena el aire. Entre este coro, un destello de verde oliva podría llamar su atención, revoloteando entre las hojas. Se trata del Vireo Mimi, un diminuto pajarito cantor con una gran personalidad.

El Vireo Mimi, bien llamado por su diminuta estatura, es un miembro de la familia Vireonidae. Esta pequeña maravilla, que mide apenas 10 centímetros de largo, es un ave común en las tierras bajas y las estribaciones de Costa Rica, desde el noreste de México hasta el oeste de Ecuador.

Aunque pequeño, el Vireo Mimi es una maravilla de color y forma. Sus partes superiores son de un hermoso verde oliva, un camuflaje perfecto contra el dosel verde de la selva tropical. Pero observe más de cerca y verá una sorpresa encantadora: una cabeza gris pálida contrastada por un anillo ocular blanco brillante. Las partes inferiores son de un blanco suave, con un toque de amarillo en el pecho y flancos oliváceos, agregando un toque de elegancia a su atuendo.

Estos pequeños acróbatas se encuentran como en casa en las alturas de los árboles, revoloteando por los bordes del bosque y las copas de los bosques secundarios altos y áreas semiabiertas. Su hábitat preferido incluye las montañas que albergan nuestro retiro costarricense, lo que los convierte en potenciales compañeros emplumados en sus caminatas y paseos por la naturaleza.

Escuche atentamente y podría ser recompensado con el encantador canto del Vireo Mimi. Su llamado es un simple «tsee-tsee-tsee» agudo, a menudo repetido en rápida sucesión. Puede que no sea la melodía más elaborada, pero agrega un ritmo alegre a la sinfonía de la selva tropical.

El Vireo Mimi es un insectívoro que recolecta insectos y arañas de las hojas y ramas con gran habilidad. Su vista aguda y agilidad lo convierten en un cazador experto, revoloteando de percha en percha en su infatigable búsqueda de presas.

Estas diminutas aves cantoras son monógamas, y ambos padres trabajan juntos para construir un nido profundo en forma de copa con hojas muertas y telarañas. El nido generalmente se une por el borde a ramas altas en un árbol, al menos a 10-15 metros del suelo. La hembra generalmente pone dos huevos blancos con manchas marrones, y ambos padres se turnan para incubar los huevos y alimentar a los polluelos.

El Vireo Mimi es una vista (y un sonido) bienvenido en la selva tropical costarricense. Sus colores vibrantes, movimientos enérgicos y canto alegre se suman a la belleza y maravilla del mundo natural. Entonces, la próxima vez que explore los senderos de montaña alrededor de nuestro retiro, esté atento a esta pequeña maravilla verde que revolotea entre los árboles. Con un poco de paciencia, podrá vislumbrar a este encantador residente del dosel de la selva tropical costarricense.

Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.

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