Aquí en nuestro refugio de montaña, enclavado en el abrazo esmeralda de los bosques tropicales de Costa Rica, estamos rodeados por una sinfonía de cantos de aves. Hoy, dirigimos nuestros binoculares hacia un visitante frecuente del dosel exuberante: el Vireo Ojirrojo (Vireo olivaceus).
Si bien no es un residente tan común como el Vireo Amarillo Verde, el Vireo Ojirrojo es un visitante fascinante que engalana nuestros bosques montañosos durante su viaje migratorio. ¡Adentrémonos en el mundo de este pequeño cantor!
Un Hábil Esquivador
El Vireo Ojirrojo es un pequeño pájaro cantor de color verde oliva, que generalmente mide entre 11 y 13 cm. Su característica distintiva, el ojo rojo, no siempre es fácilmente visible. Los juveniles, por ejemplo, tienen ojos marrones que se vuelven rojos con el tiempo. Una raya oscura que atraviesa y sobresale del ojo acentúa aún más la mirada.
A diferencia de su pariente tranquilo, el Vireo Amarillo Verde, el Vireo Ojirrojo es una bola de energía infatigable. Revolotea persistentemente por el follaje superior, recolectando meticulosamente insectos y arañas de hojas y ramas. Sus maniobras acrobáticas son un espectáculo para ver, ya que se contorsiona y se cuelga boca abajo para alcanzar cada rincón y grieta.
Un Canto No Cantado (Casi)
En el norte, los observadores de aves conocen bien la melodía encantadora del Vireo Ojirrojo: una serie de frases claras silbadas. Aquí en Costa Rica, sin embargo, su enfoque está firmemente en la migración. Se vuelven relativamente silenciosos, su energía canalizada hacia alcanzar sus lugares de invernaje en Sudamérica.
¡Pero escuche atentamente! En ocasiones, particularmente durante la ventana de migración de primavera (aproximadamente de junio a agosto), podrá tener la suerte de escuchar un fragmento de su canto, un dulce recordatorio de sus hogares de verano.
Un Caso de Identidad Errónea
Identificar al Vireo Ojirrojo en Costa Rica puede ser complicado. El Vireo Chivi, una especie sudamericana muy similar, puede vagar ocasionalmente por el espacio aéreo costarricense. Los diferenciadores clave son sutiles: una subcola ligeramente más amarilla y un ojo más oscuro en el Chivi.
Entonces, si observa un Vireo Ojirrojo durante su escala migratoria en nuestro refugio de montaña, ¡felicidades! Se ha encontrado con un ave que probablemente ha recorrido miles de kilómetros. Mantenga los ojos bien abiertos para ver el destello de rojo en el follaje, y si tiene paciencia, incluso podría ser recompensado con un vistazo fugaz de este notable viajero aviar.
¿Está interesado en aprender más sobre las aves de Costa Rica? ¡Esté atento a nuestra próxima publicación de blog donde exploraremos otro amigo emplumado!
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
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