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Un Cantor Tímido: El Vireo Bigotudo de las Tierras Altas de Costa Rica

Si bien el resplandeciente quetzal o la lapa roja se roban el espectáculo, las tierras altas de Costa Rica albergan a una belleza más sutil: el vireo bigotudo. Esta pequeña ave cantora, aunque carece del plumaje llamativo de sus primos de la selva tropical, juega un papel vital en los ecosistemas montañosos y ofrece una sorpresa encantadora para aquellos con un ojo atento (y un buen oído).

Una Joya Escondida

El vireo bigotudo (Vireo altiloquus) es un passeriforme pequeño, que generalmente mide solo 11.5 cm de largo. Su cuerpo superior es de un verde oliva, acentuado por una corona de color marrón grisáceo. Las partes inferiores son blancas, con un toque de amarillo en los flancos y debajo de la cola. Pero la característica clave que distingue a este vireo es su homónimo: una línea negra audaz que se extiende desde el pico a lo largo del costado de su cara, asemejándose a un bigote.

Observar un vireo bigotudo puede ser un desafío. A diferencia de sus parientes más llamativos, prefiere el follaje denso de los bosques montañosos, particularmente en áreas con una buena mezcla de árboles madereros y manglares. Sus movimientos son deliberados y pausados mientras busca meticulosamente insectos y pequeños frutos entre las hojas.

Un Canto Inaudible

Si bien es difícil de ver, el vireo bigotudo es todo un vocalista. Su canto, una frase clara y fuerte de tres sílabas, a menudo descrita como «chip-Tom-Kelly», se puede escuchar resonando en el aire de la montaña. A diferencia del vireo ojirrojo, un pariente cercano de Centroamérica, el canto del vireo bigotudo es más corto y brusco.

Un Migrante Parcial

El vireo bigotudo tiene un ciclo de vida fascinante. Mientras que algunas poblaciones del Caribe se reproducen durante todo el año, las del norte de su área de distribución, incluido Costa Rica, son migrantes parciales. Durante la temporada de reproducción (generalmente de abril a agosto), se les puede encontrar en los bosques de montaña, criando a sus crías.

Cuando llega el invierno, las poblaciones del norte se dirigen hacia el sur, en busca de climas más cálidos en las Antillas Mayores y el norte de Sudamérica. Este patrón migratorio les permite aprovechar las fuentes de alimento abundantes durante todo el año.

Un Invitado Vulnerable

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) actualmente clasifica al vireo bigotudo como «Preocupación Menor». Sin embargo, la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la degradación es una amenaza creciente. A medida que se talan cada vez más bosques de montaña para la agricultura o el desarrollo, el vireo bigotudo, junto con otras especies dependientes del bosque, enfrenta el desafío de encontrar áreas adecuadas para anidar y alimentarse.

Un Espectáculo (y Sonido) para Contemplar

Si bien no es tan llamativo como algunos de sus vecinos costarricenses, el vireo bigotudo es una adición valiosa a los ecosistemas de montaña. Su dulce canto y su papel como insectívoro contribuyen a la salud general del bosque. Para aquellos que visitan nuestro refugio de montaña, estar atento al canto «chip-Tom-Kelly» y observar pacientemente el follaje podría recompensarlo con un vistazo a esta pequeña joya.

Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.

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