Si bien Costa Rica cuenta con una deslumbrante variedad de aves exóticas, a veces un vistazo a lo familiar puede traer una reconfortante sorpresa. Aquí en nuestro refugio de montaña, enclavado en medio de exuberantes selvas tropicales, es posible que se sorprenda al encontrar un ave que reconoce de su hogar: el Febe Oriental.
Un Cazamoscas Lejos de Casa
El Febe Oriental (Sayornis phoebe) es un pequeño cazamoscas nativo de América del Norte. Pero no teman, ¡observadores de aves intrépidos! Un pariente cercano, el Febe Negro (Sayornis nigricans), habita en Costa Rica. Estas aves comparten muchas similitudes, y el Febe Oriental podría ser un visitante bienvenido en nuestro retiro de montaña.
Identificando al Febe
El Febe Oriental es un ave compacta, que mide generalmente entre 14 y 17 centímetros. Su plumaje es un estudio en marrones y grises: marrón grisáceo en la parte superior con una corona y cola más oscuras, y un beige pálido en la parte inferior. A diferencia de algunas de las aves más llamativas de Costa Rica, el Febe Oriental es relativamente discreto. Pero esté atento a su comportamiento característico: posado en una rama baja, a menudo sacude la cola hacia arriba y hacia abajo, una señal silenciosa de su presencia.
Un Maestro de la Caza
El Febe Oriental es un experto insectívoro. Con su vista aguda, escanea el entorno desde su percha, luego se lanza en un rápido vuelo para atrapar a un insecto en pleno aire. Esta actividad constante lo convierte en una adición encantadora al refugio, ya que ayuda a controlar las poblaciones de insectos que de otra manera podrían molestar a nuestros huéspedes.
Un Canto de Verano
El canto del Febe Oriental es un silbido simple pero encantador de dos sílabas, a menudo descrito como su homónimo: «phoebe». Este llamado alegre es un sonido común en patios y bosques abiertos de América del Norte, y podría traer un toque hogareño a su aventura de observación de aves en Costa Rica.
Un Invitado Inesperado
El Febe Oriental no es un residente permanente de Costa Rica. Es más probable que se le vea durante su migración invernal, de septiembre a abril. Entonces, si tiene la suerte de ver a este pequeño cazamoscas revoloteando entre los árboles durante su visita a nuestro refugio de montaña, considérelo un regalo especial: un amigo familiar en una tierra exótica de impresionante belleza.
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
This post is also available in: English (Inglés) Français (Francés)