En Hotel Rivel, la sinfonía de la naturaleza lo envuelve. Desde los llamados melódicos del tucán hasta el tamborileo rítmico del carpintero, los residentes aviarios de Costa Rica llenan el aire con un coro incomparable. Hoy, dirigimos nuestra atención a una vista familiar en las montañas costarricenses: el Jay Pardo.
Un encantador de plumaje achocolatado
Como bien lo dice su nombre, el Jay Pardo es un espectáculo para la vista. Imagine un ave sumergida en un rico chocolate oscuro, con un toque de gris pálido asomando en su vientre. Este apuesto individuo posee una cola larga y un pico negro resistente, perfecto para romper semillas y nueces.
Observe más de cerca y podrá detectar variaciones sutiles según el lugar de Costa Rica en el que se encuentre. Los Jays Pardos del norte tienden a ser de un marrón oscuro más uniforme, mientras que sus contrapartes del sur lucen un vientre y puntas de la cola de un blanco brillante. Sin importar la región, ambas poblaciones comparten un rasgo distintivo: ojos de color amarillo vivo en los juveniles, una característica que se desvanece a un marrón más tenue en los adultos.
Un comunicador vocal
El Jay Pardo está lejos de ser tímido. Su presencia a menudo se anuncia por sus fuertes y claros llamados, una serie de notas «kleer, kleer, kleer» que resuenan a través del bosque. Estas vocalizaciones son una forma de comunicación dentro de la bandada, mantienen a los miembros en contacto y potencialmente sirven como advertencias de peligro.
Un equipo cooperativo
Los Jays Pardos son aves muy sociables, que rara vez se aventuran solas. Forman bandadas cohesionadas, trabajando juntas para encontrar comida y defender su territorio. Este espíritu cooperativo se extiende a sus hábitos de nidificación. Los Jays Pardos son conocidos por su sistema de reproducción único, donde varias hembras pueden poner huevos en un solo nido construido por todo el grupo. Luego, todos los adultos alimentan a los polluelos, lo que garantiza una mayor tasa de supervivencia para la descendencia.
Un festín para los recolectores
Estas aves adaptables no son exigentes a la hora de comer. Su dieta se compone de un menú diverso, que incluye insectos, lagartijas, frutas y semillas. Son particularmente aficionados al néctar, lo que los convierte en visitantes frecuentes de árboles y arbustos floridos. Incluso podría verlos en los comederos de nuestro hotel, tomando un refrigerio rápido antes de emprender su próxima aventura.
Una gema costarricense
El Jay Pardo es un elemento omnipresente y vital del ecosistema costarricense. Su inteligencia, comportamiento social y presencia vibrante lo convierten en un verdadero placer de observar. Ya sea que lo vea revoloteando entre los árboles o escuche sus bulliciosos gritos resonando en la distancia, el Jay Pardo agrega un toque adicional de maravilla a su experiencia en Costa Rica.
¡Esté atento a estos fascinantes amigos emplumados durante su estadía en Hotel Rivel. Sin duda agregarán un toque de encanto costarricense a su retiro en la naturaleza!
Para obtener más información, consulte nuestra guía completa sobre las aves de Costa Rica.
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